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En los últimos tiempos mucho se ha hablado de soberanía e (in)seguridad alimentaria, pero ¿sabes qué significa cada uno de estos conceptos?

La soberanía alimentaria se define por la libertad de cada comunidad para decidir qué, cómo y para quién producir. O sea, involucra el derecho de estas comunidades a definir sus políticas y estrategias agrícolas y alimentarias. Implica, asimismo, la recuperación o preservación de prácticas agrícolas basadas en la agricultura familiar, guiadas por la producción bajo el sistema agroforestal o agroecológico y la comercialización local directa.

La seguridad alimentaria y nutricional es un concepto creado después de la Primera Guerra Mundial (y debido a la hambruna generada por ese conflicto en Europa) y está relacionada con las políticas de los Estados para producir alimentos y garantizar a sus sociedades el derecho de las personas a acceder a productos de calidad en cantidad suficiente. Cuando esta garantía no se cumple, nos encontramos ante la denominada inseguridad alimentaria, que se puede clasificar en tres niveles, según la gravedad de la situación:

– leve: cuando existe la posibilidad de que la población sufra de hambre en un futuro próximo;

– moderada: cuando nos enfrentamos a restricciones en la cantidad de alimentos que puede obtener la población;

– grave: cuando el acceso a los alimentos está directamente comprometido y la población no puede comer.

Los proyectos desarrollados por el IRN (implementación de agroforestería asociada a la actividad meliponícola) facilitan el acceso a alimentos más saludables a las comunidades con las que trabajamos y les ofrecen un posible instrumento para combatir la inseguridad alimentaria. Además, como cada proyecto cuenta con la participación directa de la comunidad, hay espacio para la reflexión conjunta sobre qué sembrar, brindando a estas comunidades la posibilidad de diálogo sobre lo que se sembrará.

La conservación del medio ambiente es parte de todas las acciones del IRN. En cuanto a la conservación del medio ambiente, la adopción de prácticas de agroforestería también promueve la mejora de la calidad del suelo y proporciona a las comunidades una forma de producción de alimentos sostenible. Además, la implementación de la agroforestería facilita el fortalecimiento del trabajo colectivo, a través de esfuerzos conjuntos.

Así, podemos decir que los proyectos del IRN integran directamente tres pilares importantes: alimentación saludable, conservación del medio ambiente y fortalecimiento de las relaciones comunitarias.